El caso de las aspilleras de las plantas bajas y primeras de las distintas galerías, están planteadas de modo que, siendo paralelas a sus bajadas, aprovechen todo el sol posible gracias a su ubicación y forma estratégica, con el ángulo oportuno en cada caso, de cada una de ellas.
La disposición de las piezas de marés, dan forma a unas cañoneras abocinadas, cuya función es proporcionar mayor ángulo a los soldados para el ataque, y evitar la penetración de los enemigos por las mismas. Por ello se observan las ventanas más cercanas al foso con oberturas menores respecto a las que se encuentran a mayor altura.
Las cañoneras también son aperturas en los muros y tienen la misma función que las aspilleras, pero para cañones. Su tamaño, tanto en altura como luz es mayor que en las anteriores, y suelen estar dispuestas en las plantas superiores por la función que desempeñan, además de evitar la intrusión de los enemigos desde el foso hasta el interior de
Cañoneras representativas
Cañonera en el baluarte
Tienen por misión soportar las cargas que produce la parte de muro o pared que gravita sobre el hueco y transmitirlas a las jambas. Aun tratándose de simples huecos rectangulares desprovistos de cualquier aditamento ornamental, su repetición armoniosa y rítmica, en unos casos, o, por el contrario, su aleatoria disposición de apariencia desordenada, en otros, suele producir un efecto de apreciable valor artístico.
La característica más significativa de todos ellos, o en su mayor parte, es la forma abocinada que presentan. Construidos con paralelepípedos rectangulares (piezas de marés de distintas dimensiones), aunque se produjeran grandes desperdicios de material en su construcción, tiene dos ventajas importantes: el corte de las piezas es fácil de entender, y las superficies de encuentro con el resto del muro son planas y escuadras.
La formación de las mismas puede realizarse según su anchura, con distinto número de piezas que forman su dintel y jambas. El caso más sencillo es el arco adintelado de tres piezas, aunque generalmente, encontraremos dinteles con mayor número de piezas de dimensiones más o menos reducidas, pero siempre en un número impar, estando en el centro la pieza clave y en sus laterales, los estribos. El hueco estrecho se considera si es inferior a 80 cm . y puede ser adintelado por una única pieza de dimensiones especiales, pero en el marés es usual el uso de soluciones mediante arco adintelado, tal y como se observa en las fotografías expuestas anteriormente. El de tres piezas podría cubrir hasta 120 cm . aunque tiene el inconveniente, en casos extremos, de hacer trabajar las piezas laterales a modo de ménsulas con la considerable tensión de esfuerzo cortante, por lo que se recomienda, en estos casos, arrancar con longitudes cortas de vuelo. El apoyo plano de los estribos sobre las jambas hace que estas piezas trabajen tanto en ménsula como en dovela. Mayor altura, favorece a la clave en el encuentro entre las distintas piezas.
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